Con la crisis social y protestas del mes de enero y febrero, congresistas se detuvieron a viajar a sus regiones, pero visitaron otras zonas; sin embargo, cobraron semana de representación.
Zeballos explicó que por el clima
de tensión social decidió no acudir a su vivienda en Juliaca. “Tengo amenazas
de muerte”, dijo tras advertir que los manifestantes amenazaron con atentar
contra su casa. En tanto, Cruz argumentó que la Policía les sugirió no viajar a
Puno para salvaguardar su integridad.
Ambos justificaron la percepción
de los S/2.800 que se las asigna para sus labores de representación, porque el
Congreso les permitiría que excepcionalmente cumplan con esta función en otras
regiones.
Zeballos mencionó que durante ese
periodo estuvo cumpliendo actividades con la comisión de centros poblados de la
que forma parte. Así mismo, Cruz Mamani dijo que el bloqueo de carreteras no le
permitió viajar durante los dos primeros meses del año, pero a pesar de ese
impase asegura que cumplió con sus funciones de representación en Lima y otros
departamentos.
Por su parte, Wilson Quispe
manifestó que no estaba seguro de si le habían depositado el bono, pero “si se
efectuó el depósito, estoy dispuesto a devolver”, refirió.
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